¿Qué es realmente el Registro Akáshico?
Antes que nada, no es una mera biblioteca donde se pueda acudir a averiguar cosas que hemos hecho en vidas pasadas o que haremos en vidas futuras, como si de consultar simples libros de historia se tratara. Es en cambio, un gran archivo cósmico sutil de conciencia, donde podemos averiguar y comprender de modo individual, que todo cuanto hemos hecho en el pasado, tiene sus consecuencias que se reflejan en nuestra vida actual, y que todo lo que hacemos en nuestro presente, afectará también lo que podamos vivir en el futuro.
El término ‘Akáshico’ proveniente del término sánscrito ‘Akasha’, denomina al éter o espacio vacío donde todo en la existencia ha sido creado y contenido, y como espacio atemporal, el Registro Akáshico guarda toda la memoria de la humanidad, la historia del planeta Tierra y de todos los seres vivos que lo hemos habitado, desde el origen de los tiempos hasta el futuro que aún no hemos vivido. Absolutamente todo lo que hacemos, decimos y pensamos en cada vida, todo lo que se ha vivido en la Tierra al paso del tiempo, tanto a nivel planetario como individual, queda indeleblemente grabado y almacenado en esta inmensa computadora cósmica que es el Registro Akáshico, o el Libro de la Vida como lo menciona la Biblia, desde la primera vez que decidimos venir a la Tierra, e incluso antes, desde que fuimos creados en el universo hasta este momento presente. Todo ese almacenamiento que tenemos incluye todas nuestras proyecciones a futuro, pues en cada encarnación que tenemos, elaboramos también planes de vida de aprendizaje, cuyas misiones en muchas ocasiones hemos dejado inconclusas, o no hemos podido terminar de cumplirlas. Por ello muchas de nuestras vidas pasadas influyen en la actual, ya sea positiva o negativamente, y obstruyen con frecuencia situaciones de nuestro presente que impiden nuestro crecimiento personal y espiritual. Conocer nuestro particular Registro Akáshico, nos ayuda a poder cambiar y resolver situaciones kármicas y a limpiar nuestro karma, pues nos hace mucho más conscientes de quiénes somos, de todo cuanto nos hemos provocado a nosotros mismos y a otros por todo cuanto hemos hecho, de cómo poder resolverlo, y de cuáles son nuestras misiones de vida.
Y como trabajo de investigación, si lo hacemos apropiada y éticamente, acceder al Registro Akáshico también puede ayudarnos a abrir toda la memoria colectiva que tiene guardada la historia de la humanidad, tanto de su situación pasada como presente, y a saber lo que podemos hacer aquí y ahora en este mundo, para poder tener un mejor futuro y trascender nuestra propia existencia.
Esa es la importancia de la responsabilidad ética que se adquiere cuando se accede al Registro Akáshico a cualquier nivel, desde los más básicos hasta los más elevados, y de la confianza que puede ser depositada en nuestras manos para colaborar, llevar a cabo, y poder difundir este trabajo de fe y esperanza para todos aquellos en busca de un camino espiritual, en busca de poder despertar, y en busca de poder comprender por qué vivimos en un mundo raro donde existe conjuntamente sufrimiento y felicidad, sabiendo que todos aspiramos a ser felices en vida, pero muchas veces sin saber cómo lograrlo.
¿Por qué estamos entonces en un mundo así, y qué podemos hacer para reencontrarnos con nosotros mismos y trascender?
Revelar las respuestas a estas preguntas es la ayuda y propósito espiritual que el Registro Akáshico nos puede proporcionar, respuestas que no son dadas desde nuestro normal ámbito mental o intelectual humano terrestre, sino directamente desde nuestras propias almas, que son las portadoras de todas nuestras existencias físicas, puestas en la propia conciencia y voz del Maestro Guardián del Registro Akáshico, con quien yo me puedo comunicar telepática y videncialmente, gracias a una iniciación espiritual que recibí hace ya más de 40 años para poder acceder con él, y gracias también a mi preparación espiritual que he tenido a lo largo de muchas de mis vidas pasadas. Sin embargo, yo simplemente soy un canal facilitador de la Gracia en este mundo, y en ello pongo todo mi intento para poder ayudar a la gente tanto como me sea posible, y para poder divulgar todo el devenir que le espera a este mundo, pero principalmente, para divulgar todo lo que podemos hacer como individuos y como colectividad, para poder despertar del sueño en que estamos, y poder crecer y trascender espiritualmente nuestras vidas. Por eso, la ayuda aportada por el Registro Akáshico se encuentra mucho más allá de una mera perspectiva intelectual externa, y en cambio, está inserta en una visión cósmica que nos permite la vivencia y observación interna, y nos pone en contacto con muchos aspectos desconocidos dentro del mundo y dentro de nosotros mismos, para podernos ayudar con todos nuestros problemas mundanos cotidianos, en medio de un mundo kármico dual, en el cual no tenemos conciencia de por qué y para qué nos va sucediendo todo lo que nos pasa a lo largo de nuestra vida.
Nuestra presencia actual en este mundo, por ejemplo, es como la de alguien que padece amnesia luego de sufrir un accidente. Desde ese estado será imposible que pueda comprender y resolver su situación por sí solo, y lo más importante: que pueda recordar quién es en realidad. Necesitará ayuda forzosamente.
Y esa es la circunstancia en la que nos encontramos como humanidad desde hace mucho tiempo. No sabemos que podemos recibir ayuda, y por eso todos absolutamente estamos en el olvido de nosotros mismos, requiriendo urgentemente ayuda trascendente que desde siempre hemos necesitado, porque no sabemos que estamos sumidos en una decisión que nosotros mismos tomamos hace mucho tiempo para poder estar aquí en este planeta. Decisión que tomamos por nuestra propia voluntad, para poder trascender e integrar todos los aspectos de experiencia que conforman el universo, no solamente los luminosos, sino también los oscuros, acaso los más importantes. Decisión que todavía no hemos podido siquiera recordar, ya no digamos poder salir de ella.
¿Cómo podríamos reconocer todos los aspectos del universo, si sólo permaneciéramos eternamente viviendo en la luz, en lo que ya somos por naturaleza? Por eso decidimos venir desde hace mucho tiempo, a esta particular y especial escuela que es el mundo dual, para aprender, vivir y contrastar en carne propia experiencias alternadas de bondad y maldad, para aprender principalmente todas las facetas de la obscuridad, aceptar todas sus consecuencias, lograr vencerla, y trascenderla e integrarla a nuestra experiencia natural luminosa.
Sólo que antes de encarnar aquí, tuvimos también que aceptar y adoptar dos peculiares caminos para poder evolucionar nuestro Ser, dos caminos que nos tienen atrapados desde hace muchos siglos en este mundo, y de los cuales todavía no hemos podido salir.
Dos caminos por los cuales se nos examinó previamente para saber si ya estábamos preparados para venir, y se nos dijo que caeríamos una y otra vez en miles de imperfecciones, y viviríamos sin cesar en abismos de obscuridad e ignorancia desde que hemos permanecido aquí. Los dos peores caminos que puede haber en particular en este planeta Tierra.
El camino del olvido, y el camino de la muerte.
Dos caminos por los cuales, sin embargo, tampoco estaríamos totalmente abandonados, y siempre recibiríamos ayuda invisible, compasiva y silenciosa. Dos caminos también, que siempre han tenido en contraparte dos senderos luminosos llenos de fe, esperanza y trascendencia, que simplemente pueden estar al alcance de cualquiera que así lo desee, desde lo más profundo de su corazón, para poder salir de las ataduras del olvido y la muerte en este mundo.
Las dos mejores sendas que puede haber en el universo, con las cuales, genuinamente dejaremos de vivir en este mundo raro lleno de alegría, dolor y llanto al mismo tiempo, y con las cuales siempre podremos recibir ayuda del Registro Akáshico.
La senda del Amor, y la senda de la Gracia.
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